¿Qué es el dolor lumbar?
El dolor lumbar es una de las patologías más comunes en la sociedad actual, alrededor del 60% – 90% de las personas sufrirán o habrán sufrido algún episodio de dolor lumbar en su vida. A esta patología también se le conoce por otros nombres, tales como: “lumbago”, “lumbalgia” o “dolor de riñones”. Pero, al fin y al cabo, es un dolor que se localiza en la zona baja de la espalda, entre las ultimas costillas y el pliegue del glúteo.
Por lo general, el dolor suele aparecer cuando se está de pies mucho tiempo o cuando se está sentado durante muchas horas, al agacharse, al levantar cargas pesadas del suelo o al hacer movimientos o gestos repetidos
Este dolor viene dado por diferentes causas, por eso decimos que es de origen multifactorial. Es decir, el daño viene provocado por diferentes estructuras anatómicas. Dependiendo cual sea su origen, serán diferentes las estructuras dañadas. Por otro lado, dependiendo cual sea la perpetuación del dolor, diremos que el dolor es agudo (menos de 3 meses con dolor) o crónico (más de 3 meses con dolor).
¿Cuáles son las causas del dolor lumbar?
El estrés, la genética y la falta de forma física son algunas de las causas que pueden producir dolor en esa zona pero no son las únicas.
Una de las causas más frecuentes de dolor lumbar es el sedentarismo, esto es, pasar muchas horas sentado y la falta de actividad física. Además de pasar muchas horas sentado, es importante saber que una mala postura durante esas horas puede favorecer aún más que aparezca dolor.
Y por otro lado, pasarse haciendo ejercicio y/o levantando cargas muy pesadas también pueden favorecer la aparición del dolor.
¿Qué puede hacer un fisioterapeuta para ayudar a mejorar el dolor lumbar?
o Educar al paciente, explicándole de donde puede venir su dolor o respondiendo cualquier duda o pregunta que le surja al paciente.
o A través de la terapia manual, disminuir el dolor y aliviar los síntomas.
o Trabajar junto con el paciente ejercicios que puedan favorecer el movimiento de la zona lumbar y que aumenten la actividad física de este. Siempre promoviendo la vida activa e intentando recuperar la normalidad en su vida diaria cuando los síntomas lo permitan.
o Fomentar el autocuidado del paciente, enseñándole diferentes estrategias para mejorar la ergonomía tanto del puesto de trabajo, como la postura.
o Realizar un seguimiento del paciente por si en algún caso necesitase una derivación a un médico.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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