ESGUINCE DE TOBILLO
Un esguince lateral del tobillo es una lesión musculoesquelética frecuente con una alta prevalencia en la población general y las personas que participan en deportes. Alrededor del 40% de todas las lesiones traumáticas del tobillo ocurren durante la actividad deportiva.
Normalmente, el esguince de tobillo se genera cuando el tobillo sufre fuerzas de tracción que lo desplaza de su posición neutra, provocando así una lesión por distensión o por desgarro parcial o total de uno o más ligamentos.
Argazkia: https://medlineplus.gov/spanish/ency/esp_presentations/100209_1.htm
Tras esta lesión muchas personas desarrollan una inestabilidad crónica de tobillo y los síntomas más comunes, en estos casos, suelen ser dolor e hinchazón pudiendo provocar esguinces recurrentes durante al menos 12 meses después del esguince inicial del tobillo.
Establecer un pronóstico exacto para la recuperación suele ser una tarea difícil en todo tipo de lesiones. Por ese motivo, es importante iniciar medidas preventivas para evitar las complicaciones tanto del primer episodio como la posibilidad de una nueva lesión. El tratamiento debe comenzar con una evaluación inicial, con estrategias de manejo a corto y largo plazo, y pautas para la rehabilitación a las actividades habituales de vida diaria y/o deportivas.
PRONÓSTICO A CORTO PLAZO
Se hace referencia cuando la lesión tiene un periodo de máximo de 8 semanas. Con el objetivo de predecir la recuperación funcional hay que tener en cuenta la gravedad de la lesión y la capacidad de soportar el propio peso de la pierna afectada.
Las 2 primeras semanas puede aparecer dolor. Este dolor no es una variable significativa para predecir el pronóstico a corto plazo.
Hay tres grados de esguinces de tobillo:
- Grado I: los ligamentos se estiran.
- Grado II: los ligamentos están parcialmente desgarrados.
- Grado III: los ligamentos están totalmente desgarrados.
Estos últimos suelen estar asociados a desgarros de pequeños vasos sanguíneos. Como consecuencia de ello, la sangre sale de los vasos a tejidos más superficiales pudiendo observarse un cambio en la coloración de la piel.
PRONÓSTICO A LARGO PLAZO
Las consecuencias a largo plazo (entre los 2-4 meses) vienen determinadas por el dolor, el mecanismo de lesión y el grado de actividad funcional de cada persona. Todos estos determinantes pueden influir en la recuperación y aumentar el riesgo de recurrencia de lesiones en el futuro. Por lo tanto, es importante incidir durante todo este tiempo.
Al año de haber sufrido el traumatismo, muchos pacientes pueden presentar dolor (entre el 5% y el 46%), pueden sufrir recidivas (entre el 3% al 34%) o pueden tener sensación de inestabilidad (entre 33% y 55%).
La persistencia del dolor puede tener relación con la gravedad de la lesión, el número de ligamentos lesionados o la presencia de edemas óseos. Sin embargo, en muchos casos no se observan alteraciones estructurales, por lo que existen factores no estructurales relacionados con el dolor de larga evolución.
PREVENCIÓN
- Realizar un precalentamiento antes de realizar el ejercicio físico.
- Usar calzado adecuado y preparado para la actividad que se va a realizar.
- Minimizar el uso de zapato de tacón alto.
- Mantener una buena fuerza y flexibilidad muscular.
- Entrenar la estabilidad con ejercicios de equilibrio, por ejemplo.
REFERENCIAS
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- Kaminski, T., Hertel, J., Amendola, N., Docherty, C., Dolan, M., Hopkins, J., Nussbaum, E., Poppy, W. and Richie, D., 2013. [online] Nata.org].
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